El puente de San Nicolás, otro ejemplo de la deriva del PNV

Imagen de la pasarela de San Nicolás tras la obra realizada

Cambiar cuatro tablas y venderlo como si fuera un logro increíble. Lo que se ha hecho en el puente de San Nicolás no es más que el último ejemplo de la deriva del gobierno municipal del PNV.

Ya en 2017 los técnicos detectaron en el puente graves debilidades estructurales y el PNV señaló que habría que cambiar la pasarela. Así, en la primera modificación de crédito de 2019 se aprobó una partida de 370.000 euros que tenía como objetivo sustituir la estructura.

Evidentemente, aquella partida no se utilizó, y en el año 2020 volvió a ser presentada por el PNV. Pasó el año y el gobierno municipal no hizo nada. Y lo volvió a presentar para 2021, esta vez en el presupuesto aprobado en diciembre. Ha tenido casi nueve meses para sacar la obra a concurso. Nueve meses, más los dos años anteriores, claro.

El 8 de febrero de este año el concejal de Obras, Gonzalo Carrión, afirmó lo siguiente: “Este año se destinarán 370.000 euros a la reforma del puente de San Nicolás, el proyecto está realizado, y nos gustaría llevar a cabo tanto la adjudicación como la realización de las obras”. Pero en lugar de hacerlo, solo ha sido capaz de cambiar cuatro tablas. Del presupuesto de 370.000 euros, ha empleado 3.073,40 euros, menos del 1% del presupuesto. Si en 2017 la estructura presentaba graves debilidades y el proyecto está realizado, ¿es tan difícil sacar a concurso esta obra?

Lo que ha ocurrido con el puente de San Nicolás no es más que otro ejemplo de la falta de capacidad y planificación del PNV. Lamentablemente no es una excepción, sino el pan da cada día.

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