Hoy se ha celebrado el debate del presupuesto municipal de Hondarribia para el año 2021. Un pleno en el que se ha visto al PNV más totalitario y vengativo en mucho tiempo, y un alcalde sin una mínima capacidad política.
Se agradece que antes del debate de presupuesto se haya presentado la liquidación del tercer trimestre de 2020, porque deja bien a las claras lo que se puede esperar de la propuesta de presupuesto que ha presentado y aprobado el rodillo jeltzale. Finalizado septiembre, de los 32,8 millones de euros presupuesto previstos el gobierno municipal ha ejecutado tan sólo 11 millones, un tercio en 9 meses. Y eso teniendo en cuenta el gasto corriente, porque si nos fijamos en las inversiones, de 7,4 millones sólo se han utilizado 350.000 euros, es decir, un 5%.
Si a eso le añadimos que el PNV ha rechazado todas las propuestas de la oposición, lo mismo que ha despreciado la mano tendida de Abotsanitz durante todo el año, la credibilidad de la propuesta de presupuesto del gobierno municipal es absolutamente nula.
Una propuesta sin corazón
Al proyecto de Presupuesto Municipal de 2021 presentado por el PNV le falta corazón. El año 2020 ha sido un año golpeado por el virus Covid-19, que ha sumido a la sociedad en una profunda crisis. La crisis sanitaria ha golpeado a las personas y nos ha obligado a parar el motor económico.
Toda la ciudadanía y todas las instituciones estamos sufriendo el impacto de esta pandemia. Y tenemos que afrontar el año 2021 y el futuro cercano con la aportación de todos y todas.
El PNV, en cambio, ha puesto sobre la mesa una propuesta presupuestaria acordada unilateralmente. Es decir, toca aceptarla tal y como está, sí o sí. Eso ha sido lo que se nos ha ofrecido al resto de grupos. Tampoco ha hecho intención para tomar en consideración las aportaciones de mejora realizadas ni por el Grupo Municipal Abotsanitz, ni por los otros grupos.
Se deja de lado la negociación y lo que se impone es una propuesta presupuestaria que no se ha hecho desde el corazón.
Pues la pandemia ha puesto de manifiesto la necesidad de estos servicios que el ayuntamiento no está ofreciendo.
En nuestras calles difícilmente podemos encontrar baños públicos. Todos los años se incluye la partida presupuestaria para colocarlos, incluso para 2021, pero nunca se ejecuta.
En 2018 el alcalde dio a conocer el convenio para la construcción de vivienda pública en Presa I y Presa II, pero no vemos viviendas protegidas en ninguna parte, ni para jóvenes, ni para familias. Desde el Ayuntamiento se indica anualmente que establece ayudas para el alquiler de viviendas, y no se ejecuta ni el 10%, ya que las condiciones impuestas hacen imposible que estas ayudas lleguen a los hondarribitarras.
Propuestas que se repiten año tras año
En cuanto a las obras, ni que decir tiene que son muchas las obras que cada año se nos presentan en el presupuesto y que no se ejecutan. La ciudadanía es mu consciente de ello.
Este año, una vez más se nos propone en el presupuesto la pasarela de San Nicolás, recurrente desde 2018. Otros ejemplos son la situación de Kasino Zaharra, los proyectos de urbanización de Arrantzale Auzoa y Alde Zaharra, el gazteleku Saindua, el albergue Goiko Errota, el traslado del Archivo Municipal…
No se ofrece ninguna solución al problema de aparcamiento. Durante años se han mencionado los estudios sobre parkings, sobre todo el de la calle Donostia. Pero a la hora de la verdad, los proyectos de aparcamiento no tienen cabida en la Hondarribia del PNV.
El servicio de autobús urbano hace tiempo que está aprobado, también las labores para completar la red de bidegorris. Pero las iniciativas para mejorar la movilidad urbana están como las escaleras mecánicas y el ascensor de la calle Bidasoa: “No funcionan, perdonen las molestias”.
Los compromisos con la ciudadanía no se materializan. En la misma dirección se encuentran el proyecto de regeneración del barrio de Mendelu, la cubierta de la asociación Alkartasuna y la ordenanza para responder a la realidad de las autocaravanas, entre otros muchos.
Mención especial merecen la desaparición del Hondarribia Blues Jaialdia, que ha pasado de convertirse en un símbolo de la ciudad, a ser defenestrado sin piedad.
O el problema de la Escuela de Música y Danza de Hondarribia. ¿Cuándo se le dará la solución definitiva?
El proyecto de puntos oscuros, la obra del campo de fútbol, el estudio de las viviendas en la ladera de la calle Kosta, la normativa de equipamientos culturales, el concurso de ideas para la Alameda, la ampliación de la plantilla municipal, el plan de compatibilización de Zubieta… es una lista muy larga.
Abuso de la propaganda
El Grupo Municipal Abotsanitz hizo una oferta al PNV. Si se hicieran algunas adaptaciones a su propuesta, y si se constituye un órgano para garantizar su ejecución, votaríamos a favor. Pero el PNV ha respondido que no. Que defenderá su propuesta como tal, que no quiere aportaciones, ni de Abotsanitz, ni del PSE-EE, ni de EH Bildu. Que ejercerá la fuerza de la mayoría absoluta que ostenta en esta Corporación.
Así es imposible. Las herramientas para hacer política son el diálogo, la negociación y los acuerdos. El PNV, en cambio, renuncia a las mejoras y presenta una propuesta unilateral mucho menos ambiciosa.
Eso sí, el PNV es muy consciente del potencial de la propoganda. La partida de publicidad de Órganos Municipales para 2021 tendrá un incremento de casi el 40%. Gracias a ello los ciudadanos saben que los árboles de Portua se han podado o que en Santa Engracia se han pintado unas rayas blancas. Seguro que están muy agradecidos.
El gobierno municipal ha utilizado en 2020 una vez más la web en beneficio propio, y no tenemos ninguna duda de que al año siguiente también tiene esa intención. A modo de ejemplo, se puede leer la propuesta de presupuesto del gobierno en la web municipal, pero las propuestas de los grupos municipales de la oposición no aparecen en ningún sitio. La web municipal es también de la oposición, nosotros también somos el Ayuntamiento de Hondarribia, pero el gobierno municipal utiliza en su beneficio la web municipal, el servicio de prensa municipal y las partidas de propaganda del presupuesto municipal.
No sabemos si en 2021 se cumplirá el 40% ó 50% del presupuesto, no sabemos si se ejecutarán el 10% ó 15% de los proyectos e inversiones previstos. Pero una cosa sabemos seguro, que en 2021 se volverán a cambiar dos o tres veces los adoquines de oro de enfrente de Solbes, y se venderá como si hubierais construido la Gran Muralla China.