Resumen del reportaje escrito por Aitzol Arroyo Tumas para el número 6 de la revista Aiza!
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La línea P o Linea Pirineos es una linea defensiva que abarca 500 kilometros desde Hondarribia hasta Pertus (Catalunya Norte) y Port Bou (Girona, Catalunya). Fue ordenada construir por el dictador Francisco Franco para protegerse de una posible invasión exterior y calmar la inestabilidad en la península. Fue diseñada por José Vallespín y las obras comenzaron en junio de 1939.
La linea se dividía en sectores, y los sectores en Centros de Resistencia. En Hondarribia se construyó el Centro de Resistencia 245, en Guadalupe. Contaba con fusiles ametralladoras, ametralladoras, cañones anti-tanques, cañones de infantería, cañones antiaéreos, y morteros de 81 mm. y 50 mm. Además se construyeron puestos de observación y almacenes de munición y víveres. En torno al CR de Guadalupe se construyeron 53 búnkeres, la mayoría situados en el monte, pero se pueden encontrar pequeños núcleos fortificados ladera abajo.
Estos núcleos fortificados nacieron anticuados, y sin apenas funcionalidad. Por eso, aunque en Hondarribia estuvo destinado un batallón (600 soldados), se limitó a realizar movimientos militares y prácticas de posicionamiento, es decir, para recibir la formación militar básica.
Pero hoy en día el conjunto de búnkeres de Guadalupe puede obtener el valor como patrimonio cultural y de memoria histórica que no tuvo como infraestructura militar. Así como las líneas construidas durante la Segunda Guerra Mundial (Ligne Maginot, Siegfried Line…) se han convertido en importantes elementos de patrimonio que reciben miles de visitantes anuales, lo mismo podría ocurrir con la Linea P, si se pusiera en valor.
Desde Abotsanitz creemos que merece la pena recuperar los búnkeres de Guadalupe, y por ello proponemos un plan de actuación, que comenzaría con la identificación de cada uno de los elementos, para saber cuales de ellos están en terreno privado y cuáles en suelo público.
Proponemos actuar en los que están en suelo público: limpieza exterior para reconocer las estructuras, limpieza interior y trabajos de pintura, colocación de réplicas del armamento original, y colocación de elementos informativos. Finalmente, se podría preparar una ruta para visitarlos, a pie, en BTT o en el Tren Verde, ya que la mayoría se sitúan junto a las carreteras.
Es un proyecto factible, que tendría repercusión social, y podría atraer visitantes. Tenemos este patrimonio olvidado. Recuperémoslo y saquémosle jugo.